Oh, pálida princesa de las sombreas
Entrégame tu amor como el viento se entrega al mar
Desnúdate frente a mí, ya nada me puede asombrar
Tus piernas parecidas a dos bolsas llenas de carne pútrida
Tus labios violáceos y tu aliento penetrante
Tus pechos marchitos como flor seca
Y tus ojos profundos como tumbas
Deja tus pesadillas en mí,
Encárnate en el embrión torturado dentro de un útero envenenado
Grita, llora y ríe por el dolor que has soportado
Acaricia, rasguña y destroza mi piel
Muéstrame tu forma de amar,
Eso si que es amar
Nos abrazaremos fuerte hasta cortarnos el aire
Para sumergirnos en los abismos
Y congelarnos
Dejar nuestro cadáver a los doctores
A las tijeras, al bisturí, a las jeringas
Y viajar a una nueva instancia infernal
Y quedarnos por siempre halla.
ALEJANDRO SERRA© DERECHOS RESERVADOS
